Los hechos son los siguientes: a raíz del triunfo de Tomás Gómez en las primarias de Madrid (*), Alfonso Guerra sostuvo que no todos los socialistas madrileños pueden considerarse ganadores, porque la victoria fue para el “Señor Gómez” y los suyos, y no para la “Señorita Trini” y los suyos. Varias ministras y mujeres con posición relevante en el partido se molestaron y expresaron su queja por lo que consideraban una falta de respeto de Guerra. Doña Trinidad subrayó que ella nunca ha injuriado a ninguno de sus compañeros de partido y ni siquiera a sus adversarios. Contestó el Sr. Guerra que él no creía haber insultado a nadie, porque llamar señorita a una mujer soltera es una fórmula de tratamiento aceptable y apropiada; pero que estaba dispuesto a pedir disculpas si sus palabras habían molestado, y a decir “señora” o “lo que sea”. Doña Trinidad apostilló que “en el partido no hay ‘señoritos’ ni ‘señoritas’, sino ‘compañeros’ y ‘com...
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