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Mostrando entradas de 2020

EL PINGÜINO PUIN

. · PUIN   ACTRICES (en orden descendente):  Marlinde (es "Marlinde"), Lidia (es la "Mamá") y Alba (es "Puin"). Dedicado a la niña Marlinde, bonita, inteligente   y simpática como ella sola. El joven pingüino se presentó en la cocina, donde la mamá de Marlinde, Lidia, freía patatas.      –¿Qué haces aquí, Puin? Te va a dar calor en este lugar –le preguntó muy extrañada Lidia. –Cueeec … Vengo a que me des un tenedor y un cuchillo. –¿Qué dices, pequeño? ¿Para qué quieres tú un tenedor y un cuchillo? –Para comer, cueeec. –No puedes usarlos, no tienes manos. El animal bajó la cabeza y examinó sus aletas. En efecto, no tenía manos. Dio media vuelta y se marchó. A los cinco minutos, otra vez estaba junto a Lidia, que batía los huevos para la tortilla. –¿Y ahora qué quieres, rey mío? –Una servilleta. Para no mancharme al comer, cueeec. Y luego limpiarme las…   –recordó que no tenía manos–, el pico.      –And...

JAIRO

         Jairo había pasado toda la noche de juerga. Con gente a la que apenas conocía, riendo chistes y bromas que maldita la gracia, empapándose de güisqui peleón, en una caseta de feria repleta de sudor y polvo.           Abría la aurora cuando el chaval se tumbó, no en su cama, mullida y maternal, sino en el duro suelo del parque, disfrazado con la verde alfombra del césped. Al aire libre, sin ni siquiera quitarse las zapatillas. Tardó sólo un instante en esconder, detrás del sueño, sus grandes ojos color miel.          Cuando despertó, el sol de mayo ya calentaba. No sin dificultad, Jairo logró erguir el cuerpo y poner en pie su conciencia. Entonces sintió, pese a todo, orgullo y satisfacción. Ese orgullo y esa satisfacción que hacen a los chicos sacar pecho y andar con las piernas ligeramente abiertas, a pasitos cortos, alegres. Jairo recogió su mochila y se encaminó, sin más, hacia el primer día de...

NIÑO DIVINO

. · NIÑO DIVINO      Villancico creado sobre un poema antiguo de Juan Díaz Rengifo (siglos XVI-XVII). La música es atribuida a varios autores. La versión que incluyo en el audio está hecha para guitarra por un servidor, así como el montaje sonoro. Con todo esto, les deseo felices fiestas y un año 2021 un poquito mejor que el que termina.      En esta dirección de YouTube pueden escuchar una interpretación cantada por un coro (para ello, cópienla en la barra del navegador):                                                 https://www.youtube.com/watch?v=5FEXk3c06mI Niño Divino, niño adorado, mi bien amado,  mi buen pastor. Los pastorcillos  que más te aman  humildes claman,  oye su voz.  En el pesebre,  sobre las pajas,  en pobres fajas,  está mi amor.  Llora y tirita,  mas no de frí...

BUENAS

     –Hola.      Sin necesidad de hacer una investigación seria y a fondo, o sea, a simple vista, afirmaría que ese ”hola” está entre las palabras más empleadas del español. No solamente en el intercambio oral, sino también en el coloquio digital escrito dentro de las llamadas redes sociales, en los correos, etc. A veces se acompaña de apéndices interrogativos como “¿Qué tal?”, “¿Qué hay?” y otros. Transmite un saludo informal que se dice al encontrarse con una persona o grupo con los que se tiene trato y confianza, en cualquier circunstancia y lugar. Posee, pues, un gran rendimiento, enorme uso y altísima frecuencia. Una de las razones de esta virtud consiste, sin duda, en la gran cantidad de ocasiones en que nos cruzamos con parientes, amigos o conocidos en la calle o en los chats, foros, etc.; otro motivo es el de ser un término que denominaré, acudiendo a un concepto netamente lingüístico, “no marcado”. Usaré el tecnicismo a lo largo de los párrafos qu...

EL PRÍNCIPE DESTERRADO

Con este cuentecillo, quiero hacer un homenaje al extraordinario escritor y mejor persona Miguel Delibes, en el centenario de su nacimiento. Aprovecho para denunciar la gran injusticia que se cometió al no concederle el Premio Nobel.              Hola. Soy Quico, el niño de la novela El príncipe destronado , que escribió Miguel Delibes. Se ha muerto, ¡qué lástima! Era como mi abuelo. Ahora tengo seis años y medio, dos más que en la novela. Estoy más grande, pero con los mismos rizos rubios y ojos azules. Y, por eso, todavía me confunde a veces la gente con una niña. Pero, cuando alguien me dice: “¡Qué chica tan mona!”, le contesto: “Yo soy un tío, y usted, ¿qué es? “. Y se ríen, pero se nota que es de vergüenza.             Bueno, en lo demás también sigo casi igual. Tengo otro hermanito, Carlos. Me llevo muy bien con mi hermano Juan. Y, por supuesto, me meo encima cada vez que encarta. Bueno, ...

PROTERVO (I)

     La palabra protervo y yo nos conocimos hace ya muchos años, varias décadas. Y tal fue su impacto en mi sensibilidad lingüística que la relación entonces iniciada perdura hoy y aun crece, según explicaré. Recuerdo cuándo y dónde fue el encuentro: el curso 82-3 me tocó, mediada ya mi vida profesional, impartir por primera vez Literatura Española en el antiguo COU. El programa me obligó a refrescar algunas lecturas y llevar a cabo otras no realizadas hasta entonces. Entre estas estaba la novela donde se hallaba el adjetivo que hoy me ocupa: Tiempo de silencio , de L. Martín Santos (1961). La elaboradísima y abigarrada prosa del relato me desorientó, al remover y poner a prueba mi competencia literaria, y la palabra me deslumbró cuando se me mostró en las difíciles páginas del libro hasta nueve veces, casi todas en la parte del principio.            La usa una mujer mayor, Dora, que hace de narradora aquí y es uno de los personajes princip...

PROTERVO (II)

               Creo que no es fácil entender, y menos explicar, por qué nos agrada o desagrada un vocablo. Estoy casi convencido de que no es por su significado siempre ni solamente; algunas veces, sí, como me ocurre a mí, por ejemplo, con el verbo fascinar , en cuyo interior veo un no sé qué de magia, misterio y poderosa luz que me atrae hacia sí. En el caso de protervo , me inclino más por la efigie de su cuerpo fónico, esa combinación, juego en realidad, de vibrantes (“r”) y labiales “p/v”, en torno al núcleo acentual, que se eleva, justo en el centro de la palabra, a lomos de la contundente oclusiva “t”, desde donde gobierna todo el vocablo; la secuencia de vocales “o-e-o” posee  –para mí– valor de frase musical con su cadencia. Me parece que también contó la novedad   –nunca había oído ni leído en ningún sitio la palabra–, así como el escenario textual, el contexto, donde la descubrí: no luce lo mismo una flor en medio de un cu...