martes, 27 de noviembre de 2012

JAMÓN MISMO

                En el círculo de los más próximos corre una frase cuya procedencia no recuerdo ya, después de tantos años de presencia entre nosotros. Es la que da título a estas líneas: “Pon… jamón mismo”. Nosotros la utilizamos con un sentido irónico, como queriendo decir: ‘Cualquier cosa me vendrá bien. Lo que haya a mano. Por ejemplo, jamón’. Si bien se sobreentiende que el jamón no es  -y antes lo era menos-  cualquier cosa: de ahí el juego retórico y el efecto humorístico. De tanto repetirlo, ha llegado, incluso, a revestirse de tintes antonomásticos y, con mucha frecuencia, decimos “jamón mismo” simplemente por “jamón”.
               La palabra “mismo”, con sus variantes femenina y plural, la caracteriza la gramática académica como un determinante, procedente por gramaticalización del grupo de los adjetivos. También han sufrido este proceso “otro”, “semejante”, “vario”, “igual”, “propio” ...  Como tal determinante, presenta diversos usos y encierra también diferentes significados, aunque todos ellos tienen como eje o núcleo semántico el concepto de “igualdad”: “Ese hombre no es el mismo que vi ayer”, “En toda la casa hace el mismo frío”, etc. Voy a ir repasando, brevísimamente, algunas de los valores y empleos más comunes de esta palabra, “mismo”, para concluir con una explicación, no menos sucinta, del entronque idiomático de “jamón mismo”.
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      1) La RAE (en la gramática [*] y en el diccionario) recoge, en primer lugar, ese significado neto de “igualdad”: “Tu casa y la mía están pintadas del mismo color”. A veces, se emplea en las construcciones comparativas de igualdad: “Se ha puesto la misma ropa que su hermana”.
     2) Comprueba también la institución académica que, en otras ocasiones, no aporta sino un subrayado enfático: “La misma estructura / estructura misma de la casa exige un sistema de calefacción intensa”, “Tu mismo gesto / tu gesto mismo lo está diciendo”.
     3) Similar vocación intensificadora, sin descartar la idea originaria de igualdad, contiene el término en expresiones como “El mismo presidente me lo ha confesado” o “El inspector, él mismo, ha revisado las cuentas”.
     4) No muy distinto es el valor pleonástico cuando acompaña a pronombres reflexivos: “Habla consigo mismo”, “Siempre decide por sí mismo”.  O con pronombres personales, a los que presta un matiz reflexivo: “Solo piensa en ella misma”.
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     5) Por último, se habla en la gramática de un “uso ejemplificador”, es decir, equivalente a expresiones como “por ejemplo”: “- ¿Cuándo me traerás el coche?  -Mañana mismo, si te viene bien”, “Pongo la silla aquí mismo”, “Que lo haga tu padre mismo”.  En el diccionario se recogen dos locuciones verbales que, según creo, se relacionan con esta acepción: “dar lo mismo” y “ser lo mismo”, definidas como equivalentes a ’ser indiferente’: “Hazlo como quieras, me da lo mismo”, “El mes que viene o el otro, lo mismo es”.
               Si no estoy equivocado, la naturaleza semántica de “mismo” en la frase “jamón mismo” del título se relaciona con lo dicho en el último apartado, o sea, con el sentido de ‘indiferencia’:   “-¿Qué le pongo al bocadillo?  - Ponle… jamón mismo”. Insisto en que, hasta no hace mucho, el jamón era en muchas casas un artículo de lujo. Quiero concluir señalando algunas notas características que presenta aquí el término: a) se coloca invariablemente detrás del vocablo al que acompaña (que no siempre es un nombre), igual que ocurre cuando va con pronombres reflexivos o personales (punto 3); b) En el registro coloquial al menos, se aprecia un proceso de adverbialización, que tiende a inmovilizar la opción “mismo”: “Tu hermana mismo que lo cosa”, “Tómate una poca de leche mismo”.
               La fórmula del chiste “jamón mismo”, basado en la ironía, posee visos de fecundidad y podría dar lugar a toda una larga saga: “No es escrupuloso: esa tía mismo/a le vendría bien” (siendo la “tía” un pedazo de monumento prácticamente inalcanzable), “¿Que cómo quiero el collar?  - Pues… de oro macizo mismo” . Etc.

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[*] R.A.E.: Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid, Espasa Libros, 2010, pág. 251.  El epígrafe 13.4.3e se dedica monográficamente a la palabra “mismo”.




4 comentarios:

  1. Pues sí, el ejemplo del jamón se adapta a ese mismo apartado.
    Un abrazo

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  2. Gracias por tu visita y comentario, Antorelo.

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  3. Me encanta esa facilidad tuya para estar atento a las modas del lenguaje y después hacerlo patente en un buen artículo.
    Esta expresión, aplicada a diferentes ámbitos, en mi entorno la usamos mucho.

    Saludos desde el campo.

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  4. GRacias, Manuela, me halagas en exceso. Te agradezco tu visita, tan estimada.

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