Ir al contenido principal

MADURO

Ciertamente, la palabra “maduro” está de actualidad. No tanto con minúscula y función adjetiva, sino con mayúscula, como corresponde a un nombre propio, en este caso el apellido del presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Él mismo advirtió que aparece en la prensa española más que Rajoy y que ganaría unas elecciones si se presentara, tal es el grado de popularidad. Sin embargo, yo me voy a referir aquí, no al mandatario americano, sino al adjetivo, origen a su vez del verbo “madurar”.        
             La RAE recoge dos sentidos básicos para este término: uno, relacionado con los frutos, “que está en sazón”, aunque también puede aplicarse a otros objetos, incluso abstractos (“Esa propuesta no está aún madura”), y otro relacionado con las personas, “prudente, juicioso, sesudo”; de este se deriva un tercero, persona “entrada en años”.

En algunas zonas dialectales de  España, existe una variedad, caracterizada por la pérdida de la “d” intervocálica (“maúro”) y por encerrar un significado especial, aparte de adquirir la categoría de sustantivo (“Tu novio es un maúro”). Así, en Canarias, es la “persona que vive y trabaja en el campo” o, para los de ciudad, el que habita en “cualquier pueblo de la isla”, y en general  “persona tosca, sin educación” (http://www.academiacanarialengua.org/palabra/mauro/); a su vez, en gran parte de Andalucía, “maúro” nombra a la persona “bestia, ignorante, cabezona” (http://fititu.es/definicion/malaga-2/esteponero/maro-2/ ). 
Ciñéndome a lo que conozco de la modalidad andaluza, voy terminar de describir el funcionamiento de ambos términos, señalando los siguientes hechos: a) la realización “maúro” aparece en ocasiones para mencionar también la fruta “en sazón” (“No me gustan las peras si no están maúras”); b) nunca se llama “maúro” a una persona para aludir a su veteranía (salvo si se hace en diminutivo: “Antonio ya está maurito”); c) la forma “maduro” nunca se refiere a ‘ignorante’, ‘tosco’, ‘cabezón’, designación que corresponde en exclusividad a “maúro”; d) la variante “maduro” va con el verbo “estar”, mientras que “maúro” como ‘ignorante’, ‘tosco’, ‘cabezón’ acompaña al verbo “ser” (excepto cuando es diminutivo y vale como “adulto de cierta edad”).
             Se da, pues, un fenómeno similar al que analizamos para los dobletes “caducando”/”caucando”, "calidad"/"caliá" y otros (http://jaramito.blogspot.com.es/2013/06/caucando-calia-y-similares.html). Aquí, el doblete lo constituye “maduro”/”maúro”, dos términos relacionados, al menos fonéticamente, que se diferencian por haberse especializado cada uno es un significado propio y específico. 




Comentarios

Entradas populares de este blog

EL IDIOLECTO DE RAPHAEL

               De vez en cuando, urgando en mi discoteca o andurreando por internet, me topo con canciones de mi juventud, que coincidió con la “década prodigiosa” de la música ligera española. Por ejemplo, con canciones del que se hacía y se hace aún llamar Raphael. Títulos de la primera época, escritos casi todos por Manuel Alejandro y consagrados por el éxito. ¿Quién de mi edad no recuerda “Yo soy aquel”, “Hablemos del amor”, “Laura”, “Ave María”, “Digan lo que digan”, “Mi gran noche”, “Cierro mis ojos”, “Cuando tú no estás”, “Desde aquel día”, “Estuve enamorado”, etc., etc.? Después, a lo largo de la extensísima carrera del cantante, que sigue todavía por los escenarios, vinieron otras muchas, vienen y vendrán. Tan dilatada vida artística permite apreciar con facilidad no solo la evolución de su estilo, sino también las constantes de su peculiar forma de interpretar. Seguramente se habrán realizado análisis y valoraciones sin cuento, dad...

REPETICIONES

               La repetición es uno de los fenómenos lingüístico-comunicativos más relevantes, no solo por su abundante uso, sino también por su múltiple valor y su gran rendimiento. Consiste en la aparición sucesiva de un mismo elemento dentro de la cadena textual, tanto oral como escrita. Se inscribe, pues, en el llamado “eje sintagmático” o línea de desarrollo encadenado del discurso. La repetición vale, pues, por relación a lo anterior y/o a lo posterior a partir del punto que se considere: “ Marco no ha venido, Marco ya no vendrá, Marco no viene nunca”.  Si no se atiende a la secuencia entera, no se advierte la reiteración del nombre propio ni se percibe su sentido.                Hay diversos tipos de repetición. Dejando aparte la distinción por la naturaleza del elemento repetido (sonidos, palabras, enunciados, pausas, interrogaciones, estructuras, ideas más o menos completas, etc.), voy...

NOMBRES DE MUJER

               Neri, Manu, Pepe, Juani, Dorita… y otros muchos por el estilo son, como se sabe, modos cariñosos de llamar familiarmente, amistosamente, a las personas. Los lingüistas los denominan hipocorísticos . Especialistas y aficionados han abordado con frecuencia esta cuestión y en un lugar virtual tan asequible como Wikipedia (*), por ejemplo, o en otros similares (**), disponemos de buenas explicaciones del fenómeno y de listas de tales denominaciones afectivas.                Yo no voy a insistir, obviamente, en una exposición general, que ya existe como digo. Quiero fijarme, tan solo, en los nombres femeninos, mejor dicho, en algunas particularidades de los hipocorísticos femeninos, en contraposición a los masculinos, que me parecen al menos curiosas. Mi intención es mostrar ciertas regularidades lingüísticas de carácter formal, que pueden llegar a constituirse en norma. http://www.evblog.co...