Ir al contenido principal

URGENTE: SE NECESITA UNA PALABRA

               Enseguida vais a ver que eso de la urgencia es pura retórica, propia de los títulos y titulares, que buscan llamar y atraer la atención del lector. Las necesidades de la lengua no son tan apremiantes nunca, aunque no estaría de más que alguien o algún organismo dieran pronto con este vocablo que precisa incorporar el español cuanto antes.

               Tiene que ver con una novedad técnica. Los adelantos aparecen a un ritmo frenético y no siempre va acompañado el nacimiento del oportuno bautizo. Hace muy poco llegó a España el “penúltimo” sistema de comunicación por internet, llamado con un nombre inglés, WhatsApp. Tardó solo meses en castellanizarse, mediante el sistema de reducción consonántica: “wasap” (http://www.fundeu.es/recomendacion/wasap-y-wasapear-grafias-validas/). Ahora, prácticamente en todo el dominio del español se denomina así. Hay que precisar, no obstante, que el sentido originario del vocablo adaptado se refiere al mensaje que se envía o recibe mediante esa aplicación: "nombre que se da a los mensajes enviador por WhatsApp, cuya denominación comercial conviene respetar", se lee en el mismo artículo de la FUNDEU citado; pero la ampliación semántica para designar el sistema mismo (la “denominación comercial”) fue inmediata. La propia Fundación invita, por otra parte, al uso del verbo derivado “wasapear”.

               La familia se compone, pues, hasta ahora, del objeto o producto, o sea, el mensaje (wasap), el sistema (wasap) y la acción en su transcurso (wasapear), pero falta la palabra o palabras de sentido incoativo, que indiquen el inicio de la acción, es decir, el acto de “llamar” a alguien por wasap, de enviarle el mensaje de establecimiento de contacto. Ese es el hueco léxico aún vacío, que hay que cubrir “urgentemente”. Mientras, estamos usando la expresión “mandar/enviar un wasap”, claramente menos económica y con un significado mucho menos preciso. Necesitamos un vocablo paralelo, precisamente, a “llamar”, que es el propio para ‘intentar establecer contacto por teléfono’. De momento no se me ocurre ninguno ni he visto que haya propuestas al efecto. ¿Podrá servir el verbo “wasapear”, tras incorporar el significado aún sin nombre? Se diría, entonces, “Luego te wasapeo y te digo la hora”, “Te wasapeé, pero no me contestaste”, “Ella nunca nos wasapeará, esperará a que alguien lo haga”, etc.


Comentarios

  1. Escrito ya y publicado este artículo, veo en la página de FUNDEU (http://www.fundeu.es/recomendacion/mensajear-mensajearse/) la aceptación del verbo "mensajear" como 'enviar un mensaje', que podría ser un buen candidato a ocupar el vacío al que me refiero. No obstante, presenta un claro carácter de hiperónimo. Prefiero, pues, "wasapear", de momento.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL IDIOLECTO DE RAPHAEL

               De vez en cuando, urgando en mi discoteca o andurreando por internet, me topo con canciones de mi juventud, que coincidió con la “década prodigiosa” de la música ligera española. Por ejemplo, con canciones del que se hacía y se hace aún llamar Raphael. Títulos de la primera época, escritos casi todos por Manuel Alejandro y consagrados por el éxito. ¿Quién de mi edad no recuerda “Yo soy aquel”, “Hablemos del amor”, “Laura”, “Ave María”, “Digan lo que digan”, “Mi gran noche”, “Cierro mis ojos”, “Cuando tú no estás”, “Desde aquel día”, “Estuve enamorado”, etc., etc.? Después, a lo largo de la extensísima carrera del cantante, que sigue todavía por los escenarios, vinieron otras muchas, vienen y vendrán. Tan dilatada vida artística permite apreciar con facilidad no solo la evolución de su estilo, sino también las constantes de su peculiar forma de interpretar. Seguramente se habrán realizado análisis y valoraciones sin cuento, dad...

REPETICIONES

               La repetición es uno de los fenómenos lingüístico-comunicativos más relevantes, no solo por su abundante uso, sino también por su múltiple valor y su gran rendimiento. Consiste en la aparición sucesiva de un mismo elemento dentro de la cadena textual, tanto oral como escrita. Se inscribe, pues, en el llamado “eje sintagmático” o línea de desarrollo encadenado del discurso. La repetición vale, pues, por relación a lo anterior y/o a lo posterior a partir del punto que se considere: “ Marco no ha venido, Marco ya no vendrá, Marco no viene nunca”.  Si no se atiende a la secuencia entera, no se advierte la reiteración del nombre propio ni se percibe su sentido.                Hay diversos tipos de repetición. Dejando aparte la distinción por la naturaleza del elemento repetido (sonidos, palabras, enunciados, pausas, interrogaciones, estructuras, ideas más o menos completas, etc.), voy...

NOMBRES DE MUJER

               Neri, Manu, Pepe, Juani, Dorita… y otros muchos por el estilo son, como se sabe, modos cariñosos de llamar familiarmente, amistosamente, a las personas. Los lingüistas los denominan hipocorísticos . Especialistas y aficionados han abordado con frecuencia esta cuestión y en un lugar virtual tan asequible como Wikipedia (*), por ejemplo, o en otros similares (**), disponemos de buenas explicaciones del fenómeno y de listas de tales denominaciones afectivas.                Yo no voy a insistir, obviamente, en una exposición general, que ya existe como digo. Quiero fijarme, tan solo, en los nombres femeninos, mejor dicho, en algunas particularidades de los hipocorísticos femeninos, en contraposición a los masculinos, que me parecen al menos curiosas. Mi intención es mostrar ciertas regularidades lingüísticas de carácter formal, que pueden llegar a constituirse en norma. http://www.evblog.co...