Ir al contenido principal

SOÑANDO

 


 

Soñé que era albañila

con mi palustre y mi plana,

con mi mono y mi gorrilla,

y me construí una casa.

 

Tenía muchos sabores.

Las tejas de caramelo,

en la entrada dos faroles

suelo de dulce cemento,

 

las puertas de chocolate,

las ventanas de helado,

paredes rojo tomate,

techos de merengue blanco.  

 

Otro día también soñé

que me hice carpintera.

Con mi sierra yo corté

de turrón fina madera  

 

y me hice una mesa,

una silla y una cama

para acostarme en ella

y dormir con mi almohada,

 

y soñar lo que quisiera

cada noche o cada día,

si era soldado o niñera,

si era yo o era mi tita.

 

Así otra vez soñé

que era una jardinera

y en el huerto sembré

chupachups y piruletas,

 

claveles y buganvilias,

geranios y gusanitos,  

bombones y margaritas,

¡qué bien olía mi patio!

 

Y ya la última noche

con mi hermanito soñé,

que me vino a despertar

cuando el reloj dio las diez.

 

Me dijo: «¿Quieres vivir

en la verdadera casa

con papá y mamá, aquí,

o en la que tienes soñada?».

 

 JOSÉ ANTONIO RAMOS

De Mi Segundo libro de poesías para niñas o niños

(inédito)


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL IDIOLECTO DE RAPHAEL

               De vez en cuando, urgando en mi discoteca o andurreando por internet, me topo con canciones de mi juventud, que coincidió con la “década prodigiosa” de la música ligera española. Por ejemplo, con canciones del que se hacía y se hace aún llamar Raphael. Títulos de la primera época, escritos casi todos por Manuel Alejandro y consagrados por el éxito. ¿Quién de mi edad no recuerda “Yo soy aquel”, “Hablemos del amor”, “Laura”, “Ave María”, “Digan lo que digan”, “Mi gran noche”, “Cierro mis ojos”, “Cuando tú no estás”, “Desde aquel día”, “Estuve enamorado”, etc., etc.? Después, a lo largo de la extensísima carrera del cantante, que sigue todavía por los escenarios, vinieron otras muchas, vienen y vendrán. Tan dilatada vida artística permite apreciar con facilidad no solo la evolución de su estilo, sino también las constantes de su peculiar forma de interpretar. Seguramente se habrán realizado análisis y valoraciones sin cuento, dad...

REPETICIONES

               La repetición es uno de los fenómenos lingüístico-comunicativos más relevantes, no solo por su abundante uso, sino también por su múltiple valor y su gran rendimiento. Consiste en la aparición sucesiva de un mismo elemento dentro de la cadena textual, tanto oral como escrita. Se inscribe, pues, en el llamado “eje sintagmático” o línea de desarrollo encadenado del discurso. La repetición vale, pues, por relación a lo anterior y/o a lo posterior a partir del punto que se considere: “ Marco no ha venido, Marco ya no vendrá, Marco no viene nunca”.  Si no se atiende a la secuencia entera, no se advierte la reiteración del nombre propio ni se percibe su sentido.                Hay diversos tipos de repetición. Dejando aparte la distinción por la naturaleza del elemento repetido (sonidos, palabras, enunciados, pausas, interrogaciones, estructuras, ideas más o menos completas, etc.), voy...

NOMBRES DE MUJER

               Neri, Manu, Pepe, Juani, Dorita… y otros muchos por el estilo son, como se sabe, modos cariñosos de llamar familiarmente, amistosamente, a las personas. Los lingüistas los denominan hipocorísticos . Especialistas y aficionados han abordado con frecuencia esta cuestión y en un lugar virtual tan asequible como Wikipedia (*), por ejemplo, o en otros similares (**), disponemos de buenas explicaciones del fenómeno y de listas de tales denominaciones afectivas.                Yo no voy a insistir, obviamente, en una exposición general, que ya existe como digo. Quiero fijarme, tan solo, en los nombres femeninos, mejor dicho, en algunas particularidades de los hipocorísticos femeninos, en contraposición a los masculinos, que me parecen al menos curiosas. Mi intención es mostrar ciertas regularidades lingüísticas de carácter formal, que pueden llegar a constituirse en norma. http://www.evblog.co...