lunes, 21 de noviembre de 2011

HOY NO TOCA... DEBERES


               Os juro que ni me hace gracia ni me gusta. Cuando, hace diez o doce años, oí la metáfora en boca de Aznar, que creo fue el primero en utilizarla, ya me produjo dentera. Me refiero a eso de “hoy no toca”, que dice el político de turno si no quiere responder a preguntas de periodistas en ruedas de prensa o similares. El antecesor de Rajoy en el PP no era especialmente remiso a contestar en tales situaciones, al menos no tanto como otros lo han sido después. No recuerdo bien cuál era el asunto que calló; puede que fuese una cuestión no demasiado relevante, como una fecha (¿de un congreso?, ¿de unas elecciones?), un nombre (¿para tal o cual ministerio?) o algo parecido. Se puso, así, en circulación el tropo procedente del lenguaje escolar y, desde entonces, se ha repetido hasta la saciedad. Lo oí mil veces cuando Rubalcaba era portavoz del gobierno, pero podría citar a otros de diferentes partidos, si bien no con la frecuencia del excandidato.
               Otra expresión de similar naturaleza lingüística y cargada de la misma capacidad para irritar a quien esto escribe, es “hacer los deberes”. No alcanzo a situar su nacimiento en un momento preciso ni en una boca pública determinada. Sí puedo decir que se viene nombrando con esa frase, también sacada del ámbito de las aulas, lo que hemos tenido o tendremos que hacer para alcanzar ciertas metas europeas. 

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               Supongo que ambas figuras os suenan. No sé si estragan vuestra estimativa lingüística como dañan la mía. ¿Por qué me molestan tanto? ¿Tendrá algo que ver la causa con mi pertenencia al mundo de la educación, durante tantos años, como profesor de Secundaria? ¿Será que advierto una intromisión imperdonable, ahora que tan poco perdón concita la clase política, acusada de enturbiar todo lo que toca? Creo que no. Más bien se trata de que, para mí, el ejercicio de la autoridad profesoral a que ambos enunciados apelan directamente, se torna autoritarismo cuando los dice un ciudadano a los demás ciudadanos dentro del contexto político, aunque sea con sentido figurado.
               Me explico. El maestro o profesor puede y debe marcar lo que en cada momento “toca” realizar a los alumnos, ejerciendo la autoridad que su preparación y su responsabilidad como educador requieren de él. Igual ocurre cuando les señala “deberes” a los niños. Estos tienen que atenerse a lo que “toca” y de efectuar los ejercicios o tareas indicadas. Pero en la vida social adulta, en el ámbito de las relaciones políticas, nadie está investido con una autoridad semejante, puesto que el pueblo tiene derecho a estar informado, a través de los medios de comunicación, siempre, y no cuando un ministro o director o alcalde decide que “toca”. En cuanto a los “deberes”, sabemos que la ley impone obligaciones, prohíbe, dicta, otorga, permite…, pero en un sentido muy distinto y, sobre todo, mediante un procedimiento absolutamente diferente del que sigue el maestro: el procedimiento democrático, que se desarrolla en los órganos e instituciones correspondientes.
               Sé que, en ocasiones, se adoban con una pizca de ironía las frases susodichas. Y, desde luego, que mantienen (aún) su naturaleza metafórica, y no presentan (aún) un sentido recto, literal. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Sin embargo..., confieso que me molestan. Espero no parecer, por ello, demasiado suspicaz. 

6 comentarios:

  1. Menos mal que hoy no tocan porque no los había hecho...

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  2. Ja ja. Tal vez no los necesites, vas "sobrao". Gracias por tu visita a este desolado páramo. Salud(os).

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  3. En mi entorno, «hacer los deberes» también se aplica a tener una relación sexual con la pareja.
    Ya ves...

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  4. Manuela, esta vez si "he hecho los deberes" y por eso no voy hacer un chiste fácil sobre tu comentario...Je, Je

    Jaramos, más desolado esta mi páramo.

    Un abrazo a los dos,

    Rato Raro

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  5. Manuela, esa noble acepción no la conocía yo (la acepción, insisto). Sí he oído "cumplir", dicho por él, nunca por ella. Gracias por tu visita. Salud(os).

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  6. A ver, Rato, ¿de qué deberes estamos hablando? Mmmm. Creo que soy el último en enterarme. En cuanto a la desolación, parece que la crisis, los recortes..., llegan a todas partes. SAlud(os).

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