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"CAUCANDO", "CALIÁ" Y SIMILARES


22/la-indiscreccion-en-la-juventud-del-vejez/
               Estas dos palabras, correspondientes a “caducar” y “calidad” respectivamente, eran muy usadas en Andalucía hasta no hace mucho. Hoy se oyen menos. La primera, el verbo, aparece  exclusivamente en gerundio, “caucando”, con “estar”: “Tu abuelo ya está caucando”. Es sinónimo de “chochear” (‘tener debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad’). Existe, además, el derivado “caucón/-a”, especie de insulto, pues se aplica a personas de cualquier edad para echarles en cara su torpeza o poca habilidad: “Deja que lo haga yo, que tú estás caucona”. El significado básico de “chochear” aparece también en “caducar”; sin embargo, el andaluz “caucando” se ha especializado y solo se emplea con el citado valor de ’chochear’.  En cambio, para aludir al estado de un producto pasado de fecha y otras situaciones similares, se dice, incluso en Andalucía, “caducar”, a la castellana: “Este bote de fruta está caducado”. Tenemos, pues, que el proceso de especialización semántica sucedido al verbo “caducar” sobreviene únicamente en su variante dialectal, “caucando”, y no en la modalidad fonéticamente íntegra “caducar”. Por todo ello, me da la impresión de que estamos ante un caso en el que, además de la existencia de un simple cambio semántico, podamos suponer la aparición de una palabra nueva en el dialecto andaluz: el verbo, defectivo, “caucar”  como “chochear”.
               No muy diferente evolución sufre el término “caliá” [pron.  ca-li-á], procedente de “calidad”, con el significado específico de ‘fuerza, vigor’: “No tiene caliá ni pa coger una silla”. En efecto, es el resultado de haberse especializado semánticamente “calidad” en uno de sus significados (originarios o levemente desplazados), a la par que ha desechado la "d" intervocálica: “caliá”. Como en el caso anterior, nos encontramos con el doblete, “calidad” / “caliá”, así como con la posibilidad de considerar el segundo como un vocablo autóctono andaluz, diferente en forma y contenido de aquel del que proviene.
              Para terminar, quiero traer aquí un par de palabras más, emparentadas por su particular historia con las anteriores, muy populares dentro y fuera de Andalucía gracias sobre todo a los medios de comunicación. Ambas nacieron y viven en Sevilla. Una es “levantá” (de “levantada”), referente a la acción de erguir un trono procesional instantes después de salir del templo, y  la otra “madrugá” (“madrugada”), con la que se nombra la noche procesional sevillana del Jueves al Viernes Santo, la noche grande de la Semana Santa allí.
               Si todo es como supongo en los párrafos que preceden, se trata de un mecanismo por el que una modalidad dialectal acuña vocablos propios, mediante la confluencia y el apoyo mutuo de la especialización semántica y la alteración fonética.

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