Ir al contenido principal

TRANSICIONES EN INGLÉS

 

En la radio, el silencio es el peor y más grave pecado mortal que una emisora puede cometer. Nunca debe pasar el dial de un oyente por el punto en el que debería oírse voz o música y que no encuentre más que la absoluta mudez. Enseguida se abandonará y se irá hacia adelante hasta que algo suene. Si la emisora calla mientras es buscada, pierde la oportunidad de sumar un individuo a su audiencia, error en que ninguna empresa de comunicación debe jamás caer. El responsable de la continuidad sonora en cada fase de la programación ha de estar atento y procurar que no se produzcan agujeros o huecos en el trascurrir sonante, siquiera sean unos mínimos instantes. La emisión de sonido no ha de interrumpirse nunca, para eso está hecha la radio. De ahí que el silencio, por ser una nefasta excepción, pese tanto en la radio; unos segundos silentes se hacen largas horas. Además, provocan la desgracia descrita, es decir, que el buscador pase de largo.

Los contenidos materiales de una cadena radiofónica los componen las palabras de los locutores y personajes visitantes, la música, instrumental o cantada, y ruidos de diverso tipo. Según el espacio de que se trate, predominará uno u otro elemento. En general, son los dos primeros los que ocupan la cabeza. De ellos, me quiero referir aquí al segundo y, dentro de los diversos tipos de música, me interesa aquella que tiene una función subsidiaria, como la usada de sonido de fondo por ejemplo, o la que sirve para identificar un programa, una marca en la publicidad o la propia emisora, formando parte de jingles, cuñas, indicativos, etc., o la empleada en las transiciones entre espacios o entre las secciones de cada uno.

Centrándome en las transiciones, creo advertir que suelen usarse, sobre todo, fragmentos de canciones con voz o de piezas instrumentales, creadas estas expresamente para la función concreta a que se destinan o simplemente obtenidas en el mercado. En los espacios informativos (noticiarios de cualquier tipo, documentales, debates, entrevistas…) son casi exclusivas las ráfagas instrumentales; por el contrario, unos cuantos compases de cualquier melodía con letra sirven para separar contenidos en espacios no informativos, como los extensos magazines que hoy tanto abundan, los consultorios, etc.

Creo que soy de los pocos que se fijan en estos aspectos. Lo hago, posiblemente, por mi gran afición a la música de todo tipo, así como a meterme en los intríngulis de la comunicación. No me ha sido difícil, pues, darme cuenta de que la música cantada que se oye en las radios españolas cumpliendo la función de marcar y llenar las transiciones está constituida, en la mayoría de los casos, por canciones en inglés. Por tal motivo, la jornada radiofónica española  está plagada de trozos de melodías inglesas o, sobre todo, estadounidenses, imposibles o muy difíciles de entender, dado el bajo nivel de nuestro país en el conocimiento de idiomas. Por otra parte, al ser fragmentos cortos, sacados del contexto de canciones más extensas, captar su sentido resulta embarazoso. El hecho es que no se puede saber si lo que dicen tiene algo que ver con los contenidos del programa donde se insertan y a los que preceden o siguen. Por todo ello, la voz obra como un instrumento más que no emite palabras con significado―puesto que son indescifrables para el público―, sino solo notas enfundadas en grupos de vocales y consonantes sin valor semántico. Así las cosas, me pregunto por qué no cambiarlas por frases de música de auténticos instrumentos, de la que existe una excelente y variada oferta en páginas especializadas y que, incluso, no es complicado realizar con los potentísimos programas informáticos que existen hoy al alcance de cualquiera. Por su parte, la sustitución de transiciones en la lengua de Shakespeare por las que contuvieran la de Cervantes, que sería otra opción, compensaría el déficit tan grande y tan evidente del pop-rock (pues este es el estilo más común para la función que trato) hispano frente al norteamericano en el montante global de la producción musical internacional.

¿De dónde procede tal predominio de la música en inglés en la radio española? No nos engañemos, creo que es consecuencia de un fenómeno de internacionalismo muy extendido en el mundo del arte y de la comunicación, consistente en la hiperexpansión de la lengua inglesa, propiciada y sostenida por motivos principalmente económicos. Esto hace que en la discoteca de una emisora sobreabunden los CDs en idioma inglés. El empuje de tal tendencia no sufre freno por muy abundante, rica y de inmensa calidad que tenga la creación en nuestra lengua, pero podrán las radios españolas e hispanas en general realizar de vez en cuando una prueba o ensayo a ver qué tal. A mí me sonaría estupendo, pues llego a estar harto de tantos intermedios con pellizcos de cantos que no entiendo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL IDIOLECTO DE RAPHAEL

               De vez en cuando, urgando en mi discoteca o andurreando por internet, me topo con canciones de mi juventud, que coincidió con la “década prodigiosa” de la música ligera española. Por ejemplo, con canciones del que se hacía y se hace aún llamar Raphael. Títulos de la primera época, escritos casi todos por Manuel Alejandro y consagrados por el éxito. ¿Quién de mi edad no recuerda “Yo soy aquel”, “Hablemos del amor”, “Laura”, “Ave María”, “Digan lo que digan”, “Mi gran noche”, “Cierro mis ojos”, “Cuando tú no estás”, “Desde aquel día”, “Estuve enamorado”, etc., etc.? Después, a lo largo de la extensísima carrera del cantante, que sigue todavía por los escenarios, vinieron otras muchas, vienen y vendrán. Tan dilatada vida artística permite apreciar con facilidad no solo la evolución de su estilo, sino también las constantes de su peculiar forma de interpretar. Seguramente se habrán realizado análisis y valoraciones sin cuento, dad...

REPETICIONES

               La repetición es uno de los fenómenos lingüístico-comunicativos más relevantes, no solo por su abundante uso, sino también por su múltiple valor y su gran rendimiento. Consiste en la aparición sucesiva de un mismo elemento dentro de la cadena textual, tanto oral como escrita. Se inscribe, pues, en el llamado “eje sintagmático” o línea de desarrollo encadenado del discurso. La repetición vale, pues, por relación a lo anterior y/o a lo posterior a partir del punto que se considere: “ Marco no ha venido, Marco ya no vendrá, Marco no viene nunca”.  Si no se atiende a la secuencia entera, no se advierte la reiteración del nombre propio ni se percibe su sentido.                Hay diversos tipos de repetición. Dejando aparte la distinción por la naturaleza del elemento repetido (sonidos, palabras, enunciados, pausas, interrogaciones, estructuras, ideas más o menos completas, etc.), voy...

NOMBRES DE MUJER

               Neri, Manu, Pepe, Juani, Dorita… y otros muchos por el estilo son, como se sabe, modos cariñosos de llamar familiarmente, amistosamente, a las personas. Los lingüistas los denominan hipocorísticos . Especialistas y aficionados han abordado con frecuencia esta cuestión y en un lugar virtual tan asequible como Wikipedia (*), por ejemplo, o en otros similares (**), disponemos de buenas explicaciones del fenómeno y de listas de tales denominaciones afectivas.                Yo no voy a insistir, obviamente, en una exposición general, que ya existe como digo. Quiero fijarme, tan solo, en los nombres femeninos, mejor dicho, en algunas particularidades de los hipocorísticos femeninos, en contraposición a los masculinos, que me parecen al menos curiosas. Mi intención es mostrar ciertas regularidades lingüísticas de carácter formal, que pueden llegar a constituirse en norma. http://www.evblog.co...