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Mostrando entradas de 2013

MI FELICITACIÓN NAVIDEÑA (I)

               En estas fechas he ido enviando una tarjeta de felicitación navideña a mis amigos y familiares. Lo he hecho por internet, mediante correo electrónico o a través del chat de facebook ;   también la he posteado en este blog . Dicha tarjeta se acompaña de un par de archivos sonoros con sendos villancicos instrumentales, compuestos por mí para la ocasión. De mi autoría he dado noticia a los destinatarios, una vez manifestados mis mejores deseos para las conmemoraciones en curso.                Lo peculiar del crisma me ha llevado a poner atención a las respuestas. Si se hubiera tratado de una comunicación al uso, la contestación esperable habría sido un “gracias, igualmente”, envuelta en algún ornato retórico. Pero mi carta ha sido menos simple. En efecto, además de la felicitación, como digo, iba mi obra musical, inédita y, además, sorprendente quizás para la mayor parte, que desconoc...

MI FELICITACIÓN NAVIDEÑA (II)

Foto de Rafa Gª Notario                Aplicando esta doctrina a mi caso, está claro que quienes han dado la callada por respuesta no se han comportado como esperaba yo, como la mayoría de los que pudieran haber estado en mi situación. Se han comportado poco cortésmente. Puesto que mi felicitación no se ha realizado de forma presencial, sino a través de internet, es posible que se hayan  interpuesto obstáculos insalvables, como la difícil accesibilidad de algunos destinatarios al correo o chat, la falta de manejo de las tecnologías  para escribir y remitir una respuesta electrónica, etc. Son interferencias que no dependen de la voluntad de las personas y constituyen carencias comprensibles, totalmente excusables. Pero cualquier otro factor fuera de ellas ha de cargarse en el debe de mis contactos silentes, incluso el olvido, el aplazamiento sine die , etc.; y no digamos el no sentirse obligados, por la creencia de que las felicita...

MI FELICITACIÓN NAVIDEÑA (y III)

Foto de Rafa Gª Notario                De manera muy elemental, diré que la comprensión cabal de un mensaje solo es posible si el receptor distingue los contenidos relevantes de un texto oral o escrito, teniendo en cuenta las circunstancias en las que se produce; o, lo que es lo mismo, si capta aquello a lo que el emisor le otorga especial relevancia en tal contexto. Suponiendo que el discurso emitido esté bien construido y dé suficientes pistas sobre el núcleo o núcleos relevantes, el receptor debe poseer las habilidades suficientes y los conocimientos generales y particulares de la situación como para identificar ese núcleo o núcleos. Sirva este contraejemplo para ilustrar lo que digo: uno  de mis “amigos”, a quien envié por chat mis villancicos, lo primero que me dijo, y lo único, fue esto: “¿Qué animal es ese?”, refiriéndose a la imagen que se mostraba junto a la dirección en YouTube de la música. Por cierto, es un osito panda,...

VILLANCICOS

Este año quiero  felicitarte con una tarjeta sonora: unos villancicos instrumentales de mi propia cosecha. Sirvan como signo de mis deseos de felicidad, salud y bienestar para ti y para tu familia. Se encuentran aquí: http://youtu.be/W1Qs8DLrUd8 http://youtu.be/LKNmmUCFJ_Q Un afectuoso abrazo. (Cálzate los auriculares o conecta los altavoces: no quedan bien en el móvil o en el portátil)

CÓMO IRRITAR A TU INTERLOCUTOR EN EL CHAT

          Si participas en un chat y de verdad quieres irritar a tu interlocutor, es muy sencillo: basta con seguir alguna de las recomendaciones que a continuación incluyo. O varias. Hay más procedimientos, pero se sitúan en el territorio extremo de la grosería y no quiero prestarles atención aquí. 1. Aplaza durante un buen rato, horas incluso, la respuesta a la última frase del  otro, sea del tipo que sea . Naturalmente, molestará más tu conducta mientras más apelativa haya sido su intervención, es decir, mientras más exija una contestación inmediata. El primer puesto lo ocupan, sin duda, las preguntas: “Entonces, ¿vienes tú a mi casa o voy yo a la tuya o nos vemos fuera?”. Después están las peticiones, ruegos o sugerencias, sobre todo si forma parte de ellas la solicitud de un comentario, valoración o similares:  “Mira esta página web. A ver qué te parece”. Una variante de esta provocación es la desviación de la conversación hacia temas nuevos: ...

"MEMENTO, HOMO..."

               Antes, cuando las cosas estaban de otra manera, a todo el mundo  -bueno, casi-  le sonaba la denominación Miércoles de Ceniza.  Esa jornada en que, a los asistentes a misa, el sacerdote les ponía un poquito de ceniza en la frente o en el pelo, como símbolo de la naturaleza ínfima de los humanos, hechos de tierra, de polvo, según la narración metafórica de la creación del hombre. Al hacerlo, el celebrante decía esta frase, que en la liturgia de entonces era en latín: “Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris”, o sea, “Recuerda, humano, que eres polvo y al polvo volverás”. Incluye un pasaje de la Biblia Vulgata (*). El Miércoles de Ceniza daba comienzo al tiempo de Cuaresma, dedicado a la penitencia y a la renovación espiritual (**).                Una referencia a esa apelación la he encontrado hace unos días en la novela que estoy leyendo: Mentiras aceptadas ,...

"LA VERDAD ES QUE"

               Uno de los rasgos más característicos de la expresión oral poco cuidada es la sobreabundancia de muletillas. El hablante se apoya continuamente en palabras o expresiones, las cuales no presentan muchas veces otro valor que su contribución al rito de la mera repetición. La pregunta comprobatoria “¿no?” tiene entre nosotros, los andaluces, muchísimas opciones para ser la reina de las muletillas. Destinada, en principio, a indagar la atención del oyente o a recuperarla, o bien a requerir su conformidad, en la mayor parte de los casos solo sirve para rellenar un hueco en el flujo verbal, sobre todo si se sitúa al final de una determinada secuencia enunciativa: “Mi niña es un desastre, ¿no? Fíjate, ¿no?, cómo ha dejado su mesa. Voy a decirle que o es más cuidadosa y ordenada, ¿no?, o que se despida de la paga semanal”.                Quiero referirme a una frase que, según creo, va camino de c...

EN VEZ DE "PENDRIVE"

               Voy a hacer una propuesta léxica, a sabiendas de que llega más que tardía y de que no tendrá eco alguno ni trascendencia: mi voz es demasiado débil y fatalmente anónima, y además puede que sea una idea más bien deleznable. Pese a todo, me voy a lanzar.                Viene a cuento de un artículo publicado por FUNDEU (Fundación del Español Urgente, de la Agencia Efe) sobre el término “pendrive”.  Como todo el mundo sabe, indica un objeto donde se almacenan elaboraciones informáticas de cualquier tipo, textuales, de audio o vídeo. El citado organismo explica que  “la voz inglesa   pen drive   (o   pendrive ) es sustituible por expresiones   españolas como   memoria USB ,   lápiz de memoria , memoria externa  o  lápiz USB .” . De este modo, “ El lápiz de memoria de Bárcenas fijaría en 8,3 millones el dinero negro del PP” debería haber sido...

CUENTOS CON NIÑO

               Hola.                Tengo el gusto de comunicaros que acaba de publicarse mi libro de relatos CUENTOS CON NIÑO. En esta dirección podéis bajarlo con formato digital o bien adquirirlo de papel.  http://www.bubok.es/libros/225841/CUENTOS-CON-NINO                Espero que os guste.

"TODO LO QUE ERA SÓLIDO": UNA INCOHERENCIA ORTOGRÁFICA

               Acabo de concluir la lectura del último y celebrado libro de A. Muñoz Molina, Todo lo que era sólido . Estoy preparando un comentario, pues lo merece. Pero, mientras, quiero mostrar un fenómeno curioso que he observado en el texto. Se trata de una especie de contradicción o incoherencia ortográfica, consistente en la escritura no uniforme de las oraciones y enunciados interrogativos. A lo largo del libro, aparecen unas veces limitados por los correspondientes signos de interrogación y otras no, sin que se aprecie en ellos ningún elemento que justifique esta diversidad. En todos los casos, la construcción es de interrogación directa. Incluyo algunos ejemplos. Sin signos de interrogación: -           “Quién se acuerda ahora de los años en los que irrumpió esa palabra en el idioma con un significado que no había tenido hasta entonces.” (p. 40) - ...

"CAUCANDO", "CALIÁ" Y SIMILARES

http://lasorcitroen.wordpress.com/2009/05/ 22/la-indiscreccion-en-la-juventud-del-vejez/                Estas dos palabras, correspondientes a “caducar” y “calidad” respectivamente, eran muy usadas en Andalucía hasta no hace mucho. Hoy se oyen menos. La primera, el verbo, aparece  exclusivamente en gerundio, “caucando”, con “estar”: “Tu abuelo ya está caucando”. Es sinónimo de “chochear” (‘tener debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad’). Existe, además, el derivado “caucón/-a”, especie de insulto, pues se aplica a personas de cualquier edad para echarles en cara su torpeza o poca habilidad: “Deja que lo haga yo, que tú estás caucona”. El significado básico de “chochear” aparece también en “caducar”; sin embargo, el andaluz “caucando” se ha especializado y solo se emplea con el citado valor de ’chochear’.  En cambio, para aludir al estado de un producto pasado de fecha y otras situaciones similares, se dice, inclu...

EL ARTE DE LA ETIMOLOGÍA POPULAR

http://www.circulaseguro.com/vehiculos-y-tecnologia/ es-peligroso-inflar-los-neumaticos-con-nitrogeno                De los cambios que sufren las lenguas en el curso de su historia, el generado por la llamada etimología popular es uno de los más conocidos, aunque no por eso resulta menos curioso e interesante. Doy este primer ejemplo para que los que no recuerden en qué consiste lo hagan inmediatamente: hay hispanohablantes que alteran el término “neumático” y lo convierten en “gomático”, pensando que algo tiene que ver con “goma”, como derivado o algo así.                Según se define, la etimología popular consiste en la modificación que de un vocablo realiza el hablante, por creer, erróneamente, que procede de un étimo determinado. Se trata de un fenómeno propio de la lengua oral, mejor dicho, de sus modalidades más bajas, situadas en la zona donde florecen los vulgarismos y gran cantidad de...

“O ALEM”

“… según lo acostumbrado en Portugal, Pinheiro le venía a mi bisabuelo (*) por su madre, y lo que valía era el Alemcastre, no tan antiguo como los pinos, pero sí más ilustre, ya que procedía de ciertos príncipes Lancáster que, en la Edad Media, habían venido de Inglaterra a Portugal y allí se habían quedado, aunque acomodando el nombre al alma portuguesa. Confieso, y lo pongo a guisa de paréntesis, que a mí lo de Alemcastre me gustó siempre, aunque no por lo de la prosapia británica, real por los cuatro costados, que establece cierta relación entre los dramas de Shakespeare y yo, sino por ese “alem” que le habían añadido, una palabra fascinante que, aunque coincidía en su significación con el “plus ultra” latino, no es lo mismo. Los conceptos, al marcharse del latín, reciben cargas semánticas como de una especie de electricidad añadida, que los hace más amables o más duros, incluso a veces misteriosos: “O alem” es, en efecto, el más allá, lo mismo que el “plus ultra”. Pero, ¿qué más ...

¡POBRES PREPOSICIONES "A" Y "DE"!

http://es.123rf.com/photo_5742461_jugadores- de-baloncesto-ilustracion-vectorial.html                Estoy casi seguro de que estas dos preposiciones, junto con “por”, son las que más uso tienen tanto en la comunicación oral como en los textos escritos. Aparte de una intuición, es un dato que he leído en alguna parte que ahora no recuerdo. El diccionario académico distingue hasta 27 sentidos en la preposición “de” y 23 en su compañera “a”. ¡Ya son significados! Sobre ellas recae una gran parte del trabajo consistente conectar, relacionar y categorizar sintácticamente palabras y expresiones.                Por si fuera poco, el habla actual está empezando a endosarles tareas nuevas, funciones añadidas, contextos antes extraños, para mí desde luego chocantes, de espaldas a la norma tradicional. “¡Pobres preposiciones!” reza el título del artículo y a esas cargas intrusas, propias de otros nexos preposit...

EL IDIOLECTO DE RAPHAEL

               De vez en cuando, urgando en mi discoteca o andurreando por internet, me topo con canciones de mi juventud, que coincidió con la “década prodigiosa” de la música ligera española. Por ejemplo, con canciones del que se hacía y se hace aún llamar Raphael. Títulos de la primera época, escritos casi todos por Manuel Alejandro y consagrados por el éxito. ¿Quién de mi edad no recuerda “Yo soy aquel”, “Hablemos del amor”, “Laura”, “Ave María”, “Digan lo que digan”, “Mi gran noche”, “Cierro mis ojos”, “Cuando tú no estás”, “Desde aquel día”, “Estuve enamorado”, etc., etc.? Después, a lo largo de la extensísima carrera del cantante, que sigue todavía por los escenarios, vinieron otras muchas, vienen y vendrán. Tan dilatada vida artística permite apreciar con facilidad no solo la evolución de su estilo, sino también las constantes de su peculiar forma de interpretar. Seguramente se habrán realizado análisis y valoraciones sin cuento, dad...