lunes, 25 de enero de 2016

REPETICIONES (III)

    
http://weblogs.upyd.es/guadarrama/2015/05/08/
comienzo-de-la-campana-electoral-en-guadarrama/
               Las campañas electorales o publicitarias constituyen la prueba del algodón en el asunto que analizamos. Los equipos de campaña diseñan un guión temático general (donde se incluyen, por ejemplo, los célebres argumentarios), que orienta mítines, ruedas de prensa, artículos de opinión, eslóganes, cartelería, cuñas de radio o televisión, etc. Dentro del plan va implícito el principio de orquestación y, por tanto, el continuo autoplagio. Dentro de la política, las acciones concretas que despliegan los candidatos y sus colaboradores ponen de manifiesto quiénes son mejores y peores en el arte de la elocuencia.
               Pero ¿cuál es el criterio de aceptabilidad y de plausibilidad de una repetición intertextual y, por ende, la base de calificación de los ejecutores? Para responder, conviene sentar antes una premisa: en este mecanismo comunicativo, como en tantos otros, siempre prima la opinión del receptor, que juzgará oportuna o inoportuna la repetición intertextual del propio discurso.  Antes mencioné dos tipos de situaciones de alto riesgo para la reiteración del discurso propio. Ahora añadiré que el destinatario suele reaccionar negativamente si no ve justificación alguna en el autoplagio (“Eso ya lo sabemos”, “Ya lo hemos entendido”, “Está más que claro”, “Siempre dice lo mismo”, etc.), hecho que es muy posible y bastante probable cuando dicho destinatario es siempre el mismo (como ocurre con los mensajes en televisión y radio: anuncios, entrevistas, debates o tertulias…). Ante ello, la mejor forma en que el emisor puede atajar este problema (al menos, la más usual) es camuflar, disfrazar el mensaje que se repite, haciendo que parezca nuevo, tal como se encarga de recoger el principio de orquestación: “… presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas…”. Triunfar en semejante tarea depende del saber hacer del autoplagiador, de su capacidad oratoria. En favor de quienes se dedican a la labor propagandística en todas sus modalidades, por vocación o por destino, diré que la retórica del autoplagio es un arte, y un arte bastante difícil, sobre todo si la sociedad está cada vez mejor formada como receptora de mensajes de todo tipo.
               La repetición de mensajes en las llamadas redes sociales es otra historia, que merece análisis aparte. La informática permite desde hace algunos años crear miles de falsos usuarios, llamados bots, que pueden realizar diversas tareas, entre ellas apoyar a un candidato, ensalzar las cualidades de un producto, etc., tantas veces como se haya dispuesto por quienes los controlan; también criticar, injuriar a los adversarios, acusar a la competencia, etc.

2 comentarios:

  1. Otra interesantísima entrega de jaramos desvelando el uso abusivo de este mecanismo comunicativo como es LA REPETICIÓN. Falta solo añadir entre líneas quiénes (además de la publicidad) son los más hábiles utilizándola. Goebel fue un destacado en el pasado pero...¿y en la actualidad?

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  2. Otra interesantísima entrega de jaramos desvelando el uso abusivo de este mecanismo comunicativo como es LA REPETICIÓN. Falta solo añadir entre líneas quiénes (además de la publicidad) son los más hábiles utilizándola. Goebel fue un destacado en el pasado pero...¿y en la actualidad?

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