Nunca viene mal un buen consejo. Lo que ocurre es que no siempre resulta fácil dar con el adecuado, con el que el receptor necesita o está dispuesto a aceptar. Más aún, muchas veces no se halla uno preparado para ayudar con una frase o una palabra a la persona que evidentemente las necesita. Estas comprobaciones valen para los consejos en general, pero aquí quiero ceñirme a la acción que demanda el título: « Aconséjame un libro». Suele darse tal situación en las librerías, donde el cliente solicita tras el mostrador o ante las estanterías, repletas de ejemplares, un título en condiciones. También en las bibliotecas. Generalmente, se trata de una novela. Si el librero o bibliotecario son profesionales con experiencia, tras algunas comprobaciones sobre si es para el mismo solicitante o para otra persona, las preferencias de uno u otro, sus hábitos lectores, el cálculo aproximado, tácito o no, de la edad y la formación, etc., no dudan en acudir a la estadística y manejar alguna ...
Artículos sobre lengua española, literatura, música y comunicación en general, dirigidos a un público no especializado.