martes, 29 de diciembre de 2020

EL PINGÜINO PUIN

. · PUIN

 


ACTRICES (en orden descendente): 
Marlinde (es "Marlinde"), Lidia (es la "Mamá") y Alba (es "Puin").


Dedicado a la niña Marlinde,
bonita, inteligente
 y simpática como ella sola.

El joven pingüino se presentó en la cocina, donde la mamá de Marlinde, Lidia, freía patatas.

     –¿Qué haces aquí, Puin? Te va a dar calor en este lugar –le preguntó muy extrañada Lidia.

–Cueeec … Vengo a que me des un tenedor y un cuchillo.

–¿Qué dices, pequeño? ¿Para qué quieres tú un tenedor y un cuchillo?

–Para comer, cueeec.

–No puedes usarlos, no tienes manos.

El animal bajó la cabeza y examinó sus aletas. En efecto, no tenía manos. Dio media vuelta y se marchó. A los cinco minutos, otra vez estaba junto a Lidia, que batía los huevos para la tortilla.

–¿Y ahora qué quieres, rey mío?

–Una servilleta. Para no mancharme al comer, cueeec. Y luego limpiarme las…  –recordó que no tenía manos–, el pico.

     –Anda, Puin. Tampoco podrás limpiarte el pico, porque no tienes con qué coger la servilleta. Ya te lo limpiará tu mamá.

Cuando se preparaba para irse, Lidia lo llamó y le preguntó:

–¿Y qué vas a comer, Puin?

–Pues… un puñadito de cangrejos que me dejó mi mamá en un papelito, antes de irse a buscar más.

–¿Y solo para comer cangrejitos querías tenedor, cuchillo y servilleta?  

–Sí, pero yo quería obedecer a mi mamá, cueeec. Y ella me dijo: “Puin, cuando vayas a comer estarás solo, yo no te podré dar. Quiero que lo hagas con educación, quiero que seas un chico educado, como Alba y Marlinde. No vayas a ponerlo todo perdido ni te manches tú.” Por eso vine a la cocina, porque yo veo que ellas comen con tenedor, cuchillo y servilleta.

–¡Ay qué gracioso, qué graciosoooo!  –soltaron Alba y su hermanita Marlinde, que habían llegado del colegio y habían oído la explicación del pequeño Puin.

--Los pingüinos no los usan, no pueden usarlos. Ya te has dado cuenta, ¿no?

Mientras la madre informaba cariñosamente al pingüino de las diferencias entre los animales y las personas, las niñas acariciaban el suave plumaje negro y blanco de un pájaro tan especial. Puin echaba su cabecita en los hombros de Alba y Marlinde, blando su corazón y alegre su alma.

Los tres se dirigieron luego a la jaula frigorífica donde vivían Puin y su mamá. Con la ayuda de las niñas, los diminutos cangrejos entraron uno a uno en el pico y luego en la barriga del pingüino, que quedó feliz y satisfecho. Ni manchó ni se manchó.

 Cuento original de 

 JOSÉ ANTONIO RAMOS   

("Narrador" en la grabación)


viernes, 25 de diciembre de 2020

JAIRO

 

       Jairo había pasado toda la noche de juerga. Con gente a la que apenas conocía, riendo chistes y bromas que maldita la gracia, empapándose de güisqui peleón, en una caseta de feria repleta de sudor y polvo. 
        Abría la aurora cuando el chaval se tumbó, no en su cama, mullida y maternal, sino en el duro suelo del parque, disfrazado con la verde alfombra del césped. Al aire libre, sin ni siquiera quitarse las zapatillas. Tardó sólo un instante en esconder, detrás del sueño, sus grandes ojos color miel. 
       Cuando despertó, el sol de mayo ya calentaba. No sin dificultad, Jairo logró erguir el cuerpo y poner en pie su conciencia. Entonces sintió, pese a todo, orgullo y satisfacción. Ese orgullo y esa satisfacción que hacen a los chicos sacar pecho y andar con las piernas ligeramente abiertas, a pasitos cortos, alegres. Jairo recogió su mochila y se encaminó, sin más, hacia el primer día de sus primeros 18 años.

JOSÉ ANTONIO RAMOS

lunes, 21 de diciembre de 2020

NIÑO DIVINO


    Villancico creado sobre un poema antiguo de Juan Díaz Rengifo (siglos XVI-XVII). La música es atribuida a varios autores. La versión que incluyo en el audio está hecha para guitarra por un servidor, así como el montaje sonoro. Con todo esto, les deseo felices fiestas y un año 2021 un poquito mejor que el que termina.

    
En esta dirección de YouTube pueden escuchar una interpretación cantada por un coro (para ello, cópienla en la barra del navegador):   

                                            https://www.youtube.com/watch?v=5FEXk3c06mI




Niño Divino,
niño adorado,
mi bien amado, 
mi buen pastor.
Los pastorcillos 
que más te aman 
humildes claman, 
oye su voz. 

En el pesebre, 
sobre las pajas, 
en pobres fajas, 
está mi amor. 
Llora y tirita, 
mas no de frío:
del hombre impío
siente el rigor.